martes, 31 de julio de 2007

Lin-Lin es taiwanesa de pura cepa; el sentimiento, salvando las distancias, es similar a aquel que afirma que es de Bilbao hasta los tuétanos. De esos que rugen cuando se mancilla el nombre de su tierra. Pero ella, a diferencia de mi alma rojiblanca, puede escuchar los espíritus de sus ancestros vagando por los bosques de Formosa. Su familia es nativa, nacida de estas tierras. Su lengua materna es el taiwanés. Para ella, escuchar “China” se asemeja a oír el miedo anunciado en tambores de guerra, oler el humo de los fuegos hostiles acercándose a arrasar las tierras de sus antepasados. La cobra y el dragón que adornan su espalda están protegidos por el sol de la bandera taiwanesa, que a pesar de ser un símbolo introducido por un Kuomingtang autoritario y censor ha calado en el corazón de los isleños como una enseña de libertad y soberanía nacional. “Taiwán”, me cuenta Lin-Lin, “es como un fénix; cuántas veces ha muerto, aplastado por otros: españoles, portugueses, holandeses, manchúes, japoneses y chinos. Pero siempre sigue adelante...” Mientras, se tocaba con cuidado el hinchado muslo, donde el tatuaje que se hizo en Ximenting la noche anterior, su fénix, su Taiwán, seguía recordándole punzada tras punzada que a este país todavía le quedan muchas piedras por esquivar. [Se me pasó contaros que el viernes, antes de volver a casa, estuvimos dos horas y media encerrados en un tugurio de mala muerte mientras Lin-Lin se tatuaba el fénix que habíamos diseñado con el artista del local].

Mientras, yo me iba viendo capaz de compartir ese sentimiento: patria, hogar... Del mismo modo en que la familia es más que un lazo de sangre, la patria es mucho más que fronteras e himnos. Un rincón, un sentimiento, un alguien, pueden ser para un hombre su único y verdadero hogar. Aquello por lo que irías a la muerte sin un sólo atisbo de duda, como la sangre a la herida... Sí, quizá...Quizá un vahído de esta isla también vuela por estos vientos que me soplan pecho adentro.

De todo esto hablábamos en el peor museo que he visitado en mi vida. Entramos bastante ilusionados (era un museo sobre la cultura aborigen, de ahí toda la conversación patriótica), pero pronto se nos fue el calentón. Aún debíamos pasar un rato entre sus pasillos, si queríamos evitar las peores horas de sol, así que nos descalzamos y nos repantingamos al lado de una estatua que parecía estar moliendo arroz. Creo que no había nadie más en el museo, por lo que no tuvimos ningún reparo en airear los pedernales. La conversación fue apasionante, sobre los miedos de la isla, sus supersticiones, las manías, los olores, lo que ambos conocíamos o creíamos conocer de Taiwán...Me contó la historia del 2-28 (lo que nosotros llamaríamos el 28-F), que prometo narraros algún día (merece la pena, es conmovedora).

Decidimos adelantar nuestra visita a Tamsui, suerte de rincón portuario con numerosos chiringuitos para comer y más mercadillos pintorescos (lo de esta isla con el consumismo supera los límites de la definición de “bacanal”). Nos esperaba un largo viaje en metro, en el que caímos incoscientes, un tanto achicharrados y con los pies como el carbón. Ya paseando cerca del mar, el agua salina nos despertó el apetito, así que compramos un poco de comida: un tanto de sepia asada, unos pinchos de tofu frito, otra pizca de carne —de "algo" —. Con el rancho nos sentamos al borde del mar, y disfrutamos de la semicena bendecidos por la puesta de sol. Tras el papeo, dimos unas cuantas vueltas por el sitio, agotando las horas antes de volver a casa (esa noche teníamos que esperar, antes de salir a la fauna nocturna, a que llegase mi hermana del aeropuerto). Laberínticas calles y más neones...Como si todos los colores del mundo hubieran decidido al mismo tiempo bailar en círculos a gran velocidad, por diminutos tubos de cristal...Colgados del cielo, parecen batutas aceleradas, que marcan el ritmo a un barrio que resuena bocinas, griteríos y el enmudecido grito del mar.


Pero nosotros íbamos ajenos a la prisa, no por no tenerla, sino de puro no poder... Los callos de los pies prometían tortura, pero sólo sabríamos que conservábamos los cinco dedos después de la ducha que lavó las capas de mugre recolectadas con esmero a lo largo del día. Antes de entrar en casa, más comida: una sopa enorme de sangre de cerdo coagulada (no pongáis ese jeto de el-Fary-comiendo-limones, que la castiza morcilla es el mismo pringue con arroz) y un bol de fideos con pequeñas ostras, en el mercadillo cercano a mi humilde morada. Y unas cuantas botellitas más del licor taiwanés asesino. Oh, ya sabéis. Por aquello de curar las heridas. Los callos y demás. O quizá para curar las penas. O ahogarlas a conciencia...

Llegamos con una orden de alejamiento mutua de tres metros. Sudorosos y malolientes, abandonamos el pegajoso aire del verano en la isla para rendirnos a la voluptuosidad del aire acondicionado (a pesar de la infección en la faringe, soy incapaz de dedicarle una mala palabra). Tocaban las nueve para entonces. Había sido un día agotador. Repusimos fuerzas, malviendo algunos capítulos de "Héroes" y zampando sopas y ostrillas. Nati, mi hermana, llegó a aquello de las once. Para entonces ya estábamos duchados, y decidimos explorar un bar que vimos por Internet. Nada del otro mundo: una mezcla curiosa entre discoteca fosforescente y lounge-bar, eso sí, barra libre incluida en la entrada. Confesaré que me sentía como el escudero tontolaba de Xena: y es que no sé que hacéis las mozas, que os volvéis tan garridas por las noches, que os arregláis tanto que parece que no vais arregladas, que el glamour es inherente a vuestras mercedes. Tan sencillas como un hígado trufado con láminas de foie. Así que me negué en redondo a pasear por la pista de baile paseando como el hipnótico que sigue la estela de la diva, y así se lo dije a mi compañera. Nos adjudicamos pues otra mesa VIP de esas que tanto gustan de abandonar, y nos dedicamos a amortizar la entrada entre charlas y humos.
Volvimos pronto, cargados con más comida (Taiwán es el único sitio en el que sinceramente creo difícil morirse de hambre), dispuestos a intentar ver otra peli. No hace falta decir que no la terminamos, pero esta vez no fue la conversación, sino el sueño, lo que nos rindió. Cuarto fin de semana en la isla, y el aire de aquel se acababa de nuevo...

Como todo domingo de juventud, la boca seca y el sol radiante sustituyeron al gallo de los cuentos. Aún habría tiempo para más: un nuevo paseo por Ximenting, una visita al Taipei 101 (el edificio más alto del mundo. Aunque al Gorbea no le llega ni a la suela.) y otra carrera hasta la estación de autobuses...


Termino por hoy, y hasta aquí la crónica del fin de semana pasado. Sigo prometiendo alcanzar pronto las horas presentes... Aunque los días se me encogen, ahora que mi hermana llena algunos momentos que antes dedicaba estos aires. Para vosotros, por ello, muchos besos y recuerdos,


P.D:Vic................................................................................................................................................................................................................................................¡Me has dejado sin palabras! Genio....
(La rubia de la foto se ha ganado una cojo-pantalla de trpecientos mil machacantes en un concurso de vídeos de la gran Sony)


¡Yiiiiiiiiiiiiiijaaaaaaaaaaaaa! ¡Soy creativa de Sony!

lunes, 30 de julio de 2007

Hoy respiro... pastillas.

Mis disculpas por haber abandonado el blog durante todo este tiempo, pero he malvivido en estado cadavérico durante los últimos días... Así es; tengo una infección de caballo en la faringe, cortesía de un aire acondicionado que me pulula por la garganta mientras ronco a gusto por las noches. Soy, además, bastante contrario a acudir al matasanos, así que los dos primeros días pensaba que era un simple dolor de garganta y un ligero martilleo en la cabeza, por lo que bastaría (ay, ingenuo...) con la tradicional aspirina y largos sueños. Ayer, sin embargo, no podía más: la fiebre era bastante alta, y casi no podía moverme, tan dolorido como estaba mi cuerpo, así que acudí al hospital amparado por el seguro internacional (que me trató estupendamente, pagándome los gastos de medicamentos y de transporte). Y eso. Nada de tabaco. Nada de picante. Nada de comida muy caliente o muy fría. Pastillas cada seis horas... A pesar de mis recelos, esto parece funcionar. Hoy me encuentro mucho mejor, y sólo llevo una noche de tratamiento. Afortunadamente (eso creo) no me he perdido ni un sólo día de currelo.



Dos enemigos acérrimos como la alegría y el aburrimiento tienen un punto en común: ese dilatar las horas en las que discurren, llenarlas hasta el punto de hacerlas inmensas en la memoria, una vez pasadas; las horas alegres, por la satisfacción, por el cansancio mental tras las revoluciones y las chispas; las aburridas, por el tic...tac...tic...



El fin de semana pasado (hasta entonces me tengo que remontar para recuperar el hilo) fue un glorioso cúmulo de horas alegres. El regusto de esos momentos aún perdura, después de todo este tiempo... Son aquellos recuerdos difuminados de los que os hablaba hace unos posts, los argumentos del poeta; y por esa niebla borrosa e impenetrable que los rodea parecen esos días tan lejanos. "La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla", según maese García Márquez. Vuelvo a paladear, pues, ese fin de semana, para enviarlo por estos aires a vuestras miradas.



Como os decía, Lin-Lin volvía de nuevo a Taipei, así que mi humilde morada iba a llenarse de nuevo con calor humano. Mi hermana llegaba el sábado por la noche, además, por lo que ya iba tocando adecentar mis rincones. El caso. Tras el curro, quedé con Debbie y Sharon para dar una vuelta por Ximentin (rincón fashion de la ciudad, lleno de japo-taiwaneses o taiwa-japoneses, o una mezcla desordenada de ambos, con una pizquita de horterismo a lo Maruja Díaz), a la espera de que llegase Lin a la capital. Volvimos a encontrarnos con el colombiano Álex (¿os acordáis, el del post de las coincidencias?), que se traía además a otros colombianos de pura cepa (lo que me destorré con su acento, por los clavos de Cristo). Lin-Lin llegaría en mitad de nuestra cena koreana, a la que muy cordialmente nos invitó mi tocayo (Debbie, en pleno ataque de chismorreo, me contó que pertenece a una familia de diplomáticos y que el dinero le sale por las cavidades supraglóticas. Ya me gustaría compartir con él algo más que el nombre. Y no me seais mal pensados.). A la mañana siguiente me esperaba una reunión con una agencia inmobiliaria que planea derruir todos los edificios de mi zona, a la que debía acudir con una chica de la empresa de mi padre (por aquello de las mafias, en fin, ya sabéis cómo las gastamaos los amarillos), así que no pensamos salir de fiesta. Eso sí, Lin-Lin y yo nos agenciamos una botellita de whisky peleón y un frasco de un maravilloso licor chino de euro y medio para animar la noche. Así que tras unas horas de charleta en mi piso y ver unas películas sin ver (esto ya empieza a ser costumbre...) nos fuimos al sobre, que tocaba madrugar.



Me despertó mi amiga a almohadazos, pues ya se me estaba pasando la hora. Pasé mis olores malamente por la ducha y salí pitando, mientras Lin-Lin se iba a la estación de autobuses a por su billete de vuelta para el domingo. De la reunión no me preguntéis, pues nada sé. De lo que sí me acuerdo es de que tenía el ojo a la virulé, no por pelearme con los mosquitos por la noche, pero sí porque uno de ellos me picó --puñetero-- en el párpado durante mi inocente sueño. La hinchazón me duraría medio día, en el que parecía salido de una mala peli de artes marciales. Debbie y Lin-Lin me esperaban en el templo Long-Shan: de nuevo el olor ardiente del incienso, la música, llena de cuerdas y campanas, los colores vivos, las esquinas ornamentadas y puntiagudas, los numerosos devotos... A Lin-Lin, que era la primera vez que lo visitaba, le entusiasmó.
De allí nos fuimos al Chiang Kai-shek Memorial Hall (bueno, aunque últimamente le han cambiado el nombre, el antiguo dirigente del Kuomingtang es para los taiwaneses algo así como Franco para los españoles), donde habíamos quedado con Annie y William para comer. Fuimos a un restaurante de shiau long pau, especie de empanadillas al vapor, pero que milagrosamente conservan caldo dentro, toda una obra de arte culinaria, y por ello imposible de describir. Comimos en abundancia, así que exponernos al carnicero sol fue una tortura después de pagar la cuenta.


Debbie nos abandonó a media tarde; también William y Annie. Así que me lancé a la aventura con Lin-Lin, y nos patemaos Taipei a gusto...Pero disculparéis que siga contándoos estos recuerdos mañana; aún sigo un tanto convaleciente, y el sobre me llama... Prometo actualizarme pronto. Quedan, además, muchas cosas por contar.


No me iré sin publicar la lista de ganadores del concurso del colega el ferh razatblabla:

-Mónica González

-Nekane Celayeta
-Alicia Rivera

-Debbie Vandenheede

-Lo siento Luis, fallaste...Aunque me estoy pensando el llevarte algo, simplemente por contestar.


Pronto cerraré el otro concurso....

Vayan un par de fotos más de la semana de orientación:







Los chicos



Las chicas

domingo, 22 de julio de 2007

Hoy publican mis suspiros (2)

No sé qué sucede estos días, pero parece que los astros se alían para darme gratas sorpresas. Me ha enviado Mónica (¡gracias rojerde!) un archivo con la sección "La carta de la semana" de El Semanal escaneada, ¡y han ganado mis líneas! Aunque vosotros las leísteis en exclusiva, en aquella entrada de las generaciones perdidas (sí, fui poco original utilizándola para dos cosas distintas...); además, la conocéis en su versión íntegra, pues era bastante larga y la han recortado. El caso, que pluma al canto, en parte gracias a vosotros, pues si no hubiera decidido abrir el blog para enviaros estos aires jamás habría redactado esas palabras...Así que os firmaré autógrafos con ella (jeje, se me va a subir a la txino-cabeza y todo...)

Os contaré pronto este fin semana, cojonudo y agotador. Cuidaos, besabrazos,

jueves, 19 de julio de 2007

Hoy publican mis suspiros



No podía dejar de compartir con vosotros esta nueva noticia... A finales del curso pasado, D.Jaime Nubiola, profesor de Filosofía del Lenguaje, me pidió un trabajo mío sobre léxico juvenil para publicarlo en su blog. Pues bien, me acaba de contar que está ya en la web; si bien sé que es un hecho pequeño, me ha hecho ilusión ver palabras mías resonando por la red... Además, gran parte de ese trabajo es vuestro: aunque no os pedí permiso (sorry) algunos de vosotros salís citados como ejemplo. El lenguaje de la Tribu, por otra parte, es el motor del trabajo (aquello del "huele a lirio", "merluza" y demás. No me atreví a incluir el "cogiendo moras" o las frases hechas con "diplodocus"). Para los (escasos) interesados: http://www.escriturafilosofica.blogspot.com/




Vaya un pequeño fragmento de la conclusión:





"Pero caben también otras reflexiones, quizá más aventuradas; de algún modo, el lenguaje juvenil, tan pasional, tan centrado en sensaciones e instintos, arma batalladora en una etapa de la vida en la que la diplomacia y la serenidad aún no rigen la consciencia, recupera el misticismo de la lengua: aquel que en los siglos iluminados creyó que siendo en el inicio el Verbo, magia, música y palabra se unieron en canon infinito formando el universo; aquel que asume que el mayor castigo de los babilonios fue la confusión del lenguaje; aquel, en fin, para el cual lo desconocido es lo que no tiene nombre. Para la juventud sólo es real, actual, moderno, aquello que puede describir. Incluso a sí mismo se busca un mote o una etiqueta con la que abarcar su vida; en efecto, “quién eres” o “qué eres” son preguntas que cualquier joven responde en una palabra. Se hace así esclavo de su lenguaje, y su mayor admirador: para ninguna edad tendrán más sentido los perdones, las gracias o los tequieros.


El lenguaje juvenil se incluye así en las grandes contradicciones de la vida: en apariencia indefinible, por alimentarse de significados distintos, inabarcable por cambiar en cada grupo de hablantes y lugar, incapaz de sistematizarse por rebelde, efímero por morir en la edad adulta, se manifiesta, no obstante, como todo lo contrario en el día a día. Rebelándose contra su propia confusión e inexperiencia en la vida, el joven establece en su habla unas normas y bandos concretos, dotando de sentido al todavía desconocido camino vital. Y lejos de morir, su lenguaje habrá escrito su historia hasta la edad adulta, y, fenicio, renacerá distinto con la siguiente generación. Fugaz, y a un tiempo eterno, perpetúa su definición, generación tras generación, como la música más dinámica y vital en la paradoja del vivir muriendo, y morir viviendo."
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P.D: El próximo miércoles cierro el concurso
¿Acertó nuestro amigo el ferht del bezael ben el rabah gald en su respuesta, obteniendo así la insignia de RTI?, y publicaré la correspondiente lista de ganadores. Para aquellos que todavía no habéis participado, os recuerdo que ya habilité la opción de publicar comentarios sin cuenta en Blogger o Google. ¡Ánimo! El concurso del post Hoy respiro... pequeñeces sigue en pie. He decidido que el premio lo decidirá cada uno de los ganadores, una vez anunciados. Un beso,

Hoy respiro... "¡pa-ta-ta!"(4)

Allá van nuevas fotos. A partir de la semana que viene podré colgar mis propias imágenes, pues mi hermanita trae en su maleta una cámara para mí.



Al margen de las fotos, hoy vuelve Lin-Lin a Taipei. Otros eventos próximos: la entrevista que os contaba (hoy a la tarde, en algún rincón perdido de Taipei), la llegada de mi hermana mañana por la noche y el pronto comienzo de la grabación de mi propio programa, País de artesanos (la cabecera comienza con algo así como "El genio comienza las grandes obras; pero sólo el trabajo las acaba". La frase, por supuesto, no es mía.), en el que entrevistaré a mi tío (como sabéis, mi familia es productora de té, y la fábrica de mi abuelo es patrimonio de la ciudad de Taipei por ser la única que sigue manufacturando el té al modo tradicional). Os cuento, el cuento, en otro momento.






Debbie, Lin-Lin y Susan en la mesa VIP que nos adjudicamos






Susan, Debbie, Lin-Lin y yo, en el mismo descanso del sábado pasado.

Foto de grupo en la primera semana: Sharon, yo, Debbie, Susan, Solomon, Annie, Joe, Will, Wendy, Terry

miércoles, 18 de julio de 2007

Tal día como hoy también respiraron… Efemérides (1)

Hoy es 18 de julio, quinto día del sexto mes en el año del cerdo, según el calendario lunar. Tal día como hoy:


La vocación de San Mateo, Caravaggio





-1610: Muere, a la edad de 39 años, el artista italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio.





-1817: La novelista inglesa Jane Austen abandona este mundo, permaneciendo viva en el ruedo de las letras a través de Emma, Orgullo y prejuicio o Sentido y sensibilidad.





-1877: El científico estadounidense Thomas Edison graba la voz humana por primera vez [así que en una infinitésimamente larga cadena de acontecimientos este buen yanqui ha permitido que venga a la isla a radiar mi voz al mundo y a vosotros estos aires]





-1925: Se publica Mein Kampf, relato autobiográdico del líder nazi Adolf Hitler.





-1936: El general Francisco Franco y sus secuaces sublevan media España contra la agónica República, conduciendo al país a tres años de Guerra Civil; Franco dirigiría España de modo autoritario hasta su muerte en 1975.





-1955: El parque temático diseñado por Walt Disney para Anaheim, California, abre sus puertas a todas las ilusiones del mundo.




Hoy respiro... a duras penas (2)



Como os contaba, esta semana empezó con trabajos forzosos. La radio ha organizado para esta semana y la siguiente clases de preparación matutinas; adhiriéndome a la opinión de mis compañeros en la sección española, diré que las considero absurdas, por varias razones. En primer lugar, llegan tarde: tras medio mes de prácticas, algunos de nosotros estamos ya inmersos en nuestro trabajo, y las aptitudes que necesitamos para ello las hemos ido aprendiendo en el día a día. Por otra parte, muchos de los practicantes no las entienden (las imparten en chino), por lo que la mayoría opta por un breve sueño reparador. Pero, por encima de todo (y aunque suene perezoso), me sobrecarga los días: a pesar de ser por la mañana, y en horario de trabajo, la cantidad de tareas por la tarde no ha disminuido, sino que se ha incrementado con doblajes y grabaciones diversas. Además, soy el único que realmente está haciendo algo: la mayoría se va a casa después de las clases, o terminan sus tareas antes de las tres, mientras que yo salgo de RTI después de colgar el informativo en la página web (hacia las siete o siete y media de la tarde). Cansancios, pues, en un lunes y martes que comenzaron un tanto melancólicos después de un fin de semana espléndido.


No creáis que no valoro mis nuevas responsabilidades en la radio; al contrario, me entusiasmaría con ellas, si no acabase completamente exhausto. Pero estos agotamientos han llegado a su fin: la fortuna, que me abandonaba el lunes, ha decidido volver a mi vera. La responsable de la sección de mandarín ha solicitado que las clases se trasladen a las dos de la tarde, para que sus practicantes puedan utilizar los estudios de grabación por las mañanas. Así que vuelvo a mi horario habitual, eso sí, malgastando dos horas en las que podría ayudar a mis compañeros. Y es que esa es la conclusión que he expuesto hoy ante el gerente superior de la radio, que ha venido a clase para preguntarnos nuestras impresiones. Alejándome del peloteo del resto de jóvenes en las distintas secciones, he expuesto con claridad que mi objetivo en esta emisora es, por encima de todo, trabajar: no estoy cobrando un sueldo por aprender, sino por colaborar. No quiero que malgasten sus energías y sus recursos conmigo, sino que debo aprender a explotar mis capacidades para ahorrarles trabajo. Ese es mi cometido, y si lo cumplo, volveré, junto con la mochila de sueños cargada, con otra de sabiduría adquirida a rebosar; pero mi aprendizaje vendrá de la mano de esfuerzo. Lejos de mi impresión los primeros días, le contaba, me alegro de que ahora, por fin, los compañeros agradezcan que les reste un poco de su tarea de cada día.

Quizá mi entonación en chino se aleja de lo saltarín del discurso habitual; el caso es que mi supervisora, Patricia, ha interpretado mis palabras en la otra dirección, creyendo que no me encontraba a gusto. Me he apresurado a reconducirle a la opinión contraria, apoyado además por Paul y Luis, que me han felicitado “por ser el único honesto”. Las clases, por otra parte, son una tarea eludible: este viernes, sin ir más lejos, pasaré elegantemente de acudir, pues iré con Paul a entrevistar a una organización benéfica. Me he dado cuenta de que, después de estas semanas, he podido encontrar un lugar aquí: mi voz se emite (soy, de hecho, el único que graba “fuego real”), mis noticias se publican, y lo más importante, los compañeros me han aceptado como uno más.

Los últimos logros: traducción íntegra de una entrevista de veinte minutos a un tal Laplanche, subdirector de la Cámara Económica de la UE en Taiwán, y el posterior doblaje; no cagarla las primeras veces que he estado solo en la cabina, manejando micros, volúmenes, curvas de sonido y frikadas varias; aprender el proceso de colgar las noticias en la página web de RTI; sobrevivir a las americanas que trabajan en la sección inglesa, que ya han decidido por su cuenta que les acompañaré el viernes por la noche (y un chingón). Las habituales traducciones se me dan cada vez mejor, y después de estas semanas parecen acostumbrarse a mi imperiosa necesidad de torturar a la gramática de vez en cuando…

Para aquellos curtidos en esto de las letras les resultará obvio que he pasado por encima de estas crónicas a toda pastilla, sin cuidar un tanto, al menos como siempre, la prosa; no sé, la verdad es que no han sido unos días que me apeteciese mucho contar. Anuncio por ello eventos próximos: el viernes iré con Paul a entrevistar a unas venerables señoras que trabajan en una suerte de ONG; vuelve Lin-Lin a Taipei por la noche, así que volveré a acogerla durante el fin de semana; antes de ello, he quedado con Debbie para cenar y ponernos al día de la semana; el sábado por la noche llega mi hermanilla Nati… No habrá más conversaciones con las cucarachas; por fin alguien en casa todos los días… Alguien real, que se suma a estas palabras que os envío siempre que puedo. Cuidaos mucho, prometo líneas más interesantes en posteriores posts (la aliteración, como siempre, es gratis. ¿Os ha gustado compañeras?), besabrazos,

martes, 17 de julio de 2007

Hoy respiro… a duras penas

Parece que la dosis extra de suerte que se cuela en mi maleta cuando emprendo los grandes viajes se está acabando… Las horas han transcurrido llenas hasta arriba de trabajo tan denso y obeso como el aire de esta isla, hasta esta noche de un martes en la semana más dura desde que llegué a Taiwán.

Pero como en todo guión mediocre que se tercie allá por las barras y estrellas, tengo una crónica buena y otra no tan buena (ahap, se exprimen bien los sesos buscando eufemismos… Supongo que basta con ponerlo en boca de una moza con esas-cosas-que-tiran-más-que-las-carretas). Lo positivo, el fin de semana. Y por él comienzo (sobra decir que estoy a la espera de limosnas fotográficas de Debbie para dar descanso a vuestros ojos)…

Os decía que el viernes fue interesante. Lo fue, algo. Pero (parkaidazu…) me da una pereza del quince contarlo… Tampoco os perdéis mucho: tan sólo al menda grabando una obra de teatro, haciendo de padre de una niña que cree que los conejos en la luna hacen dulces y no medicinas, en compañía de diablillos que dicen no parecerse a las arañas. Oh, ya sabéis. Lo típico.

Por la noche vendrían Joe, Lin-lin y Susan desde Tainan (el uno) y Pintung (las otras), a hacerme compañía y a aportar un poco de calor (humano y figurado, que del real ando desquiciado). Primero llegaría el australiano; menuda odisea… Las señas que indiqué al taxista de Joe por teléfono eran poco concretas, por lo que le dejó a un cuarto de hora de casa…Salí a buscarle, además, sin teléfono. Creo que en esos momentos tiraba por la ventana, junto con la casa, esas dosis de suerte que os comentaba en las primeras líneas, pues no sé cómo chingones (me permito la arrogancia de inventarme esta palabra, que además de sonar a jerga latinoamericana suena infinitamente mejor que nuestro castizo sustituto de “testículos”) conseguí encontrarle en medio de la noche taiwanesa.

Una hora después de su llegada recibía una llamada de Lin-lin, en la que me metía prisa para que me vistiese de gala. Y es que, sin yo saberlo, me había comprometido a salir…Así que tras algunos arreglos de fachada arrancamos en taxi hacia un oscuro tugurio que vimos en Internet (Taipei, en contra de lo que parece, tiene una vida nocturna propia de aires más hispanos, y las opciones son tan variadas que requieren un trabajo previo de documentación). Ellas llegaron chuleando en sus tacones, trayendo consigo a Tracy, una amiga suya allá en las granjas de Pintung. Sin embargo, el sitio no nos convenció (los bares y clubes, al igual que la comida, entra primero por los ojos), así que no estando dispuestos a soltar guita para la entrada decidimos un chill out en casa. Además, a Joe no le convence eso de echar bailables por las noches.

Susan y Joe decidieron coger sobre, pues a la mañana siguiente habíamos quedado a las once con el resto del grupo. Lin-lin y yo, en cambio, no quisimos resignarnos a interrumpir la noche. Cargados con el portátil, un DVD, un duro licor de piña taiwanés y dos vasos de plástico nos apoltronamos, ya duchados, en los sofás de mi salón. Esa noche me regaló uno de esos pedazos de magia que tanto echaba de menos: conversaciones nocturnas, más sinceras que durante el día, tan encorsetado y diplomático, como si en el inconsciente intercambio de pareceres pudiera llegar el fin del mundo, y pillarnos con las botas puestas y el vaso en la mano… Llegaron las seis; los créditos habían terminado hacía rato, sin conseguir que supiéramos de que iba la película, ahogada por las palabras. No podré, secreto de confesión, contar lo que contamos; pero fueron grandes horas, conversando de todo, de nada, porque todo y porque nada.

La mañana del sábado aprendí una nueva palabra en inglés: hangover, que del mismo modo en que mi “chingones” tintineaba su sinónimo, hace que su homólogo castellano, “resaca”, entre mejor (siempre ayudado con grandes dosis de agua). Resaca satisfecha, sin embargo, soldado cansado y victorioso tras uno de esos “pedos sanos”. Comimos con el resto del grupo, y a la tarde los chicos (Joe, William y vuestro querido chino) cedimos a las ansias consumistas de las féminas, yendo a Ufengpu, una de esas zonas de compras taiwanesas donde los puestos parecen interminables y los precios de risa. Me fui a casita hacia las siete, necesitado de unas horas de sueño. Caí rendido en una de las páginas de esos Cuentos Filosóficos que me cedió Vicky allá en Iruña, esperando a la llamada de las chicas. Esa noche, esa sí, habría parranda.

Daré otro de esas volteretas por encima de la noche en Luxy (again…aunque esta vez nos agenciamos una mesa VIP que alguien había abandonado para descansar las piernas. Y esta vez no hubo pilotos borrachos). Estábamos bastante cansados, así que arrancamos hacia las cinco a mi piso. Una vez más, Debbie (que esa noche también era mi huésped) y Susan cogieron piltra. Lin-lin y yo decidimos probar suerte y repetir plan: no falló…Más créditos y más conversación hasta que Joe, que se había quedado en casa, nos dio los buenos días a eso de las ocho. Acabamos dormidos en los sofás sin enterarnos, aunque despertamos pronto: a las once cantó el gallo de mi móvil, pues mis amigos marchaban a las dos y queríamos comer por ahí. Cargados de maletas, partimos hacia la estación de autobuses. Rápida comida, últimas charlas, despedidas…Dios, cómo odio estas cosas. Allá se alejaba el autobús, mientras Debbie y yo agitábamos las manos. Acompañé a esta última buena parte de la tarde, pues no quería volver todavía al piso. Me esperaba en él lo que me temía: los rincones se volvían más acusadores que nunca, reprochando, una vez más, su soledad… Qué vacío parecía aquello. Esto es lo malo de la alegría, esta quietud gris cuando desaparece, que asalta la mente desprevenida y descuidada. Me sentí tentado de escribir en el blog, acercarme un poco a los míos, pero estaba demasiado cansado y desanimado. Limpié pues los vendavales de las dos noches anteriores y me perdí en las dos películas que había visto —sin ver— con Lin-lin. Allí murió la suerte. Al día siguiente comenzaba una semana de clases matutinas y trabajo por la tarde, cansado camino de brasas que me han traído hasta estas líneas.

La cama, por otra parte, vuelve a llamarme, así que dejo la descripción de este nuevo plan de trabajo para mañana. No penséis, sin embargo, que ya me rindo. En los últimos vientos me he vuelto un poco más optimista, gracias a algunos grandes artistas, e intento aprender a tomarme las cosas con un poco más de calma. A relajar un poco las exigencias de perfección (sólo un mínimo atisbo de inclinación a lo artístico separan al perfeccionista del maníaco) y a verlas venir. Con todas las de la ley. No descanso, por tanto, en esta carrera que me llevará triunfante de regreso al Aire que me vio nacer.

¡Qué ilusión recibir noticias de algunos de vosotros! Las líneas electrónicas también llenan un poco los rincones de esta casa. A todos aquellos que disfrutáis de la playa, que trabajáis, que visitáis mundo o que regresáis a casa después de visitarlo, un gran beso,

viernes, 13 de julio de 2007

Hoy... un respiro

Hoy ha sido un día interesante, pero no tengo tiempo para contároslo... Vienen hoy Joe, Susan y Lin-lin a casa desde sus respectivos puestos (uno de Tainan, las otras de algún lugar perdido en la pampa taiwanesa...). Pasarán el fin de semana en Taipei, así que esto promete. Y yo prometo, por mi parte, contaros todo con pelos y señales cuando pase el acelerón del weekend. A todos vosotros, que andáis desperdigados entre sanfermines, Bilbo, Londres y Alemania, un besote desde la isla.


(Por cierto, para los hinchas del Athletic, este nuevo presidente la va a liar petrusa... De los picapleitos me espero cualquier apocalipsis diario. Eso sí, tiene facha; no como Lamikiz, que era un pequeño pitufo. Además, se trae a Ocio, y esperemos que Asier y Santi regresen a la banda que dejaron huérfana. Y eso. Que tenía que comentarlo con alguien. ¡¡AUUURG!!<----eso era un león)


Para calentar boca, os cuelgo una foto del sábado pasado, descansando de Luxy y pilotos con merluza máxima.

jueves, 12 de julio de 2007

Hoy respiro... pequeñeces (2)

Así es; de no ser por esa mirada, que rescató otros pequeños momentos, este lunes, martes y miércoles serían -oh...- algunos días más... De todos modos, se agradece un poco de rutina; como si fueran breves pausas para respirar. "Estadas", como las llamaría Cherra. Parones. Aunque la madre que los trajo a los parones: me han incrementado el curro, y estos días traduzco casi todas las noticias... Me sorprende, en serio, lo mucho que estoy avanzando en mi comprensión de este país, aunque me doy cuenta a un tiempo de lo poco que sabía antes...No diré que la política es más audaz que en el resto del globo, pero es notable lo mucho que se utilizan palabras como democracia, paz, libertad o valores humanos en el discurso político; y no de la manera tediosa con la que se emplea en Occidente, sino en sus connotaciones más, digamos, "revolucionarias". Las patrañas son las mismas, pero aquí se aceptan: parece que en el mundo occidental --o al menos en España-- existe un acuerdo tácito en maquillar las grandes verdades; por otra parte, es nuestra patria la única (hasta tales extremos nos ha llevado la esquizofrenia) en la que llevar la bandera (la que sea) significa mucho más (y pocas veces "más mejor") que el mero amor a la tierra. Aquí las amenazas de China, el reciente pasado autoritario, la naciente democratización o la evidente necesidad de mejora son temas a la orden del día, y muy sentidas en el discurso de los dirigentes. Todo muy rápido, muy dinámico (aún)...Recordemos que la República de China sólo gasta medio siglo. Y lo que le queda. GORA TAIWAN, RIAU!



He grabado solo por primera vez... Diré que me gusto más (la voz, se entiende; no me siento tan solo...aún) cantando que hablando: lo uno parece simplemente una guitarra desafinada, pero lo otro es un matadero de cerdos. Aún así, fue bastante divertido ser un profesional de los pies a los ojos rasgados como manda el Jefe, al menos por unos minutos. Hoy hemos tenido, además, una reunión con los organizadores del TTT2007, para conocer nuestras sugerencias o quejas. No he podido callarme...Omito mi opinión, y la cedo a vuestra imaginación. ¡Y a las tres y media Yochi quería echarme a la calle! Increíble... Ya había terminado de traducir mi parte (hoy hemos empezado pronto, que he ido temprano al curro), y a la pobre no le gusta que le vean grabando... Qué timidica que es mi Yochi. Por decencia (y por merecer de alguna manera los mil doscientos machacantes) me he quedado un rato más, pero a las cinco estaba en casa. Día light, después de la semana más jevorra desde que pisé estos aires.



Hoy ha habido cojo-cena... Unos amigos de mis padres han insistido en invitarme. ¡Aquí también hay chuletones! Diferentes, pero se me hizo el culo pichiglás. Así que echando el helado de sésamo por los conductos bucales me despido hasta la próxima entrada... Besillos.



P.D: Lanzo un nuevo concurso, con nuevo premio que pensaré más adelante (estoy abierto a cualquier sugerencia de los participantes) que obtendrá quien adivine a quién pertence la mirada (uf...) del post anterior. Pista: ¡ánimo cinéfilos!

Hoy respiro...pequeñeces


"Todo comenzó con una mirada. Ella se debatía entre el sopor del mediodía y lo apretado del autobús, decidiendo a cuál de las dos angustias rendir su humor; yo, en cambio, dejaba vagar la vista, perdido en mis aires, ajeno a lo que me rodeaba. Entonces, por encima de cabezas anónimas, sus ojos cruzaron los míos: “mirada con sonrisa, éxito rotundo”, sentenciaba Samuel en Mia Sarah. Robaban así mis ojos los suyos del malhumor; vanagloria de pavo real, pues, por haber sido artífice de un esbozo de alegría.

Ella siguió su senda, malhumorada, estresada vida estudiantil.

Mi camino me llevaba a otro destino no menos halagüeño: otra tarde de traducciones y pantallas, de sueldos ganados.

Sin embargo, aquella breve pequeñez regresó al recuerdo por la noche, trayendo consigo otros compañeros diminutos de mi sentir. En un haz de emociones encontradas, volvía a respirar segundos olvidados de aquel día: la primera sonrisa, nada más despertar de un sueño inconfesable...; la curiosidad infantil, por primera vez solo ante el micrófono, que me llevó a tararear y grabar para carcajada propia todo mi repertorio de canciones; la extraña libertad del anonimato, que hormigueaba conmigo cuando me detuve aquella mañana entre grandes muchedumbres que acudían puntuales al trabajo; un súbito mareo, satisfecho acaso, tras tres horas de intensa redacción; tedios amargos al pasar mi vista por delante de los prostíbulos de siempre, que ahuyentarían el deseo de todo hombre por aquellos maquillajes repetidos, por esas minifaldas idénticas, por esos ojos vacíos, en fin, por la falta de alegría en la lascivia; la risa acelerada, tras recibir una llamada inesperada; y compasión y cariño, después de cenar, para mi abuela, que se perdía absorta barbilla al cielo, como intentando escapar al pasado que se fue, contemplando el retrato de mi abuelo… Pequeños frascos, todos ellos, del aire más puro, aquel que pone las mayúsculas a la Vida, la Inteligencia, o el Querer, y que me regalaron esa noche el recuerdo de un día, que como tantas otras historias, comenzó con una mirada robada."
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Cuántas veces olvidamos los pequeños momentos, creyéndonos con derecho a pedir a cada día grandes aventuras anunciadas con trompetas y mármol y letras grandes y yo quiero y soy el rey del mundo. No, un día no puede ser sólo bueno, o malo, o triste o alegre; debe ser bueno, malo, alegre, triste, aburrido, alarmante, apasionado, nocturno, irónico, confiado, dinámico, anónimo, épico, y mucho más. Porque los días se nos dosifican en segundos. Porque hay muchos segundos por vivir, y muchas historias por contar.

Porque, como escribe Zafón, “sólo recordamos aquello que nunca sucedió”. En efecto, la memoria estricta es enemigo del poeta… Hay que difuminar los recuerdos, hacer que pierdan lo que los hace humanos y mortales, para poder convertirlos en montañas misteriosas a las que acudir cuando pica la nostalgia. Y jamás —jamás— podrán competir mi futuro coche, mi futuro banco o hipotecas venideras contra aquella chica, real o irreal (¿importa?) a la que durante unos segundos robé la sonrisa y la mirada…

Amén pues, amigo, a todas tus pequeñeces, que modelaron tus pasos hasta este preciso Aire que respiras.

lunes, 9 de julio de 2007

Balbuceos: rectificar es de sabios (2)

Tanto insistir en que participarais en el concurso, y acabo de darme cuenta de que mi blog no permitía los comentarios anónimos o de gente sin cuenta en Google... Rectifico, por tanto, esperando tener que gastar más dinerillo en los recuerdos. Nos (la) vemos,

Hoy respiro... coincidencias

Hay días en los que la Fortuna gusta de ser traviesa; cambiar ligeramente hacia aquí o hacia allá algunos de los hilos del tiempo, consintiendo en que azares diversos creen casualidades inesperadas. Y entonces nosotros, ay, marionetillas ingenuas, nos sentimos llenos de suerte por aquellas coincidencias, tan sorprendentes, tan frescas en la rutina. Quizá compremos, confiados en ellas, algún bono de la lotería, o nos atrevamos a aquellas empresas que aún frenaban —dichoso escepticismo... — nuestras pequeñas dudas. No obstante, más que casualidades, amigos, causalidades de una traviesa fortuna, que sabe cuándo avivar sutilmente los mecanismos de la esperanza. Juegos, pues, en los que cogen aire los dueños del mundo, hastiados de evitar huracanes en este Viento poliédrico y complejo.

〔Toma párrafo eh... Consecuencias de llegar puntual al curro; los compañeros suelen entrar a a la oficina a media tarde, así que suelo fusilar un par de horas “musando en las pensarañas”. No me reprocharéis el que le dé un poco más allá de la decencia intelectual a la tecla...Me preparo mentalmente para pasar la otra mitad de la tarde redactando anquilosadas noticias políticas (¡uf!).〕

El sábado fue un día lleno de aquellas coincidencias. Está bien, un tanto absurdas, poco reseñables, pero soy chino y supersticioso, así que no puedo dejar de enumerarlas...

1. En un centro comercial de Taipei, de cuyo nombre no puedo acordarme, vi una cara blanca que me resultó familiar... Y la cara blanca estaba fija en mí con la misma expresión de “What the...” que se dibujaba en la mía, así que deseché mi miopía y supe que era Debbie. No deja de ser sorprendente, pues Taipei es un inmenso hormiguero de ojos rasgados, y no es tan fácil “coincidir” con alguien conocido. Así que conocí a su familia, y ella a Mimi, amiga de mis padres con la que había ido al cine. Después de la peli, además, escuché en vivo y en directo (los fines de semana la capital se llena de conciertillos esporádicos) la única canción moderna en chino que me sé (coincidencia 1 y 1/2).




2. Esa misma tarde, en la estación de Ximen, donde había quedado con Debbie, Wendy y William para cenar, recibió la belga suertuda una llamada de un amigo al que no veía hacía tres años...Y el bueno de Eric estaba...¡en Ximen!




3. Llegó Eric con un amigo, que (coincidencia 3 y 1/2) se llamaba Álex, como servidor. La conversación decayó cinco minutos después, por lo que decidieron animarla metiéndose conmigo; a mi exabrupto “la virgen con los yanquis” el tocayo dijo con acento sudamericano: “¡Oye, si eres hispano!” Resulta que Álex era colombiano, y llevaba ya un par de años viviendo en Taipei, estudiando Medicina (como Debbie, coincidencia 3 y 3/4).




4. Apareció súbitamente una chica que le plantó dos besos a Álex, conocida de Eric y también de Debbie (parece ya de coña eh...), que estuvo con ellos hace tres años.




5. Ya maqueados para salir, nos fuimos hacia Luxy; en la puerta me encontré con dos chavales que están también de prácticas en RTI, el gabacho Marcel y una tía norteamericana. Y yo me digo: ¿acaso nos estaban siguiendo ese día?




6. La última coincidencia, también lingüística, tuvo lugar ya en plena parranda: tras hastiarnos de la sala hip-hopera, decidí explorar con Wendy y Debbie (el pobre Will murió en combate; se fue a casa después de cenar) el recinto contiguo… La primera impresión fue la de haber vuelto a casa: chunda-chunda maquinero a todo volumen, y, todo hay que decirlo, los mejores “subidones” que he oído en toda mi vida. Y, efectivamente, no faltaban elementos familiares por ahí. Un saltimbanquis se me acercó, diciéndome en broma que le había robado la novia (refiriéndose a Debbie). La miré interrogante, y ante la mirada de asco que le dedicó al gañán decidí continuar con la farsa: así que entre descojonos continuos descubrí que era piloto de China Airlines, y (de nuevo la coincidencia)…¡hablaba español! No me acuerdo muy bien de dónde era…Lo que sí sé es que acabó invitándonos a todos a una copa (el ricachón pagó seis de una tacada); también sé que jamás volaré con su compañía… Conocí al resto de los oficiales, tan blancos, tan viejos y tan borrachos como mi compañero. Se fueron prontito (ayayay, volaban al día siguiente); prometí llamarle, eso sí, sin apuntarme su número... Lapsus nocturno.

Al margen de las coincidencias, el día fue divertidísimo, desde el cine hasta la discoteca. La fauna que puebla la noche taiwanesa sigue sorprendiéndome, al igual que las discotecas, que se superan en cada una que visito. No perderé tiempo describiéndolas; esperaré, otra vez, a que el blog de Debbie cuelgue esos momentos memorables.

El domingo fue otro de esos días ficticios… (Un paréntesis, pues, en honor de las horas caídas)

¡He comenzado hoy los doblajes! Aunque debo decir que odio mi voz; suena fatal a través de las ondas. Cuando esté colgado el programa del domingo os pondré el link…Pero no os riáis eh….

Sigo animándoos a participar en el concurso ¿Acertó nuestro amigo el ferht del bezael ben el rabah gald en su respuesta, obteniendo así la insignia de RTI?

A las dos primeras personas que respondieron les concedo tres oportunidades…(vamos, chicas, que os quiero comprar el recuerdo. Jeje).

Radiando la voz de Taiwán y muchos besos,

viernes, 6 de julio de 2007

Hoy respiro... wow (2)

El baño huele muy mal... Desventajas de vivir solo.





Por lo demás, la rutina ha comenzado a asomar el hocico en este final de semana; menos mal que el martes que viene comienzo los doblajes (¡por cierto, el domingo aparezco en la radio! Aquella entrevista de la que os hablaba...Estará en Internet el lunes).



Tuve ayer un momentáneo ataque de frustración; leyendo las noticias que había redactado en Internet, me di cuenta de que Yochi les había metido mano, cometiendo además algunas incorrecciones, y quitando las pocas licencias que me había permitido en la redacción (yo que sé, para animar un poco la cosa, que los lectores tienen que aburrirse de leer siempre las mismas frases). En fin... A poc a poc i bona letra. Sólo voy a estar aquí un mes. No tengo porqué reivindicar mi trabajo, ni intentar demostrar que tengo razón. Al fin y al cabo, yo soy un mandao. Así que "peace and love in the vinyard of the Lord".



Hoy he estado solo en la oficina. Claudia no venía hasta las seis para hacer el informativo, así que me he pasado la primera hora del curro leyendo la página de Marca (por cierto, querido Julen, ¿qué haces de asesor deportivo en tu amado Athletic? Al campo, hombre, que tienes espinillas para rato); mi decencia me impide divagar demasiado por la red en horas de curro, así que me he comenzado a empollarme los cargos políticos de la isla; he descubierto que aquí hay más funcionarios que miopes (la tira en verso), algo normal teniendo en cuenta los tropecientos departamentos y comisiones que tienen cada uno de los cinco (sí, CINCO) poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Control y Exámenes...¿ain?). Me he quedado, como es lógico, en la vicepresidenta (yoyoyoyo, yo lo sé....Se llama Annette Lu).



Menos mal que me ha llamado Luis a eso de las cinco... Ha habido un momento de agitación, de periodismo con garra, colgado del teléfono mientras averiguaba que fuentes reflejaban mejor la tónica política del día... Así que más traducciones; Clau ha sido condescendiente y me ha dejado marchar al terminar mi trabajo, aunque eso sí, me he tenido que despedir de ella (el domingo, como ya os dije, se marcha a Suecia)... He coincido con Sharon, que salía al mismo tiempo, así que me he ido con ella a cenar por ahí. Mañana, por cierto, ¡parranda! Sí señor, he quedado con Debbie en que la vamos a liar petrusa, para celebrar nuestra primera semana de currelo...



Dejo pues el blog en suspenso hasta el lunes... Cuidaos mucho. ¡No dejéis de participar en el concurso del post anterior!



Muchos "el ferhat del bezael ben el rabah gald", y algún que otro besillo,

Hoy respiro... wow



Hay gente muy pirada suelta por el mundo... Os transcribo a continuación la carta que un oyente argelino (sí, sí, de Argelia)envió a la sección española de RTI, intentando participar en un concurso de la emisora. El premio era una insignia (un pin, vaya) y el pobre se habría encaprichado de ella. La carta no tiene desperdicio; os recomiendo leerla un par de veces, pues al menos un gualtrapas de las jergas como yo no ha conseguido entender una mierda:

"Estimados friends hola el hw es tú ahope que eres tan bueno tu friend del faithfull de Sr. Del algera- el ferhat del bezael ben el rabah gald para escribirte siempre y participando en el compition nuevo del bolso de correo Regalamos cuarenta insignias"

Tras estas (¡?) líneas adjuntaba su respuesta a la pregunta lanzada por la redacción (que en esta entrada nos la trae al pairo, la traca ya está en el aire).

Y yo, siguiendo en la línea de los obsequios, prometo un recuerdo de la isla a todo aquel que me responda correctamente en los comentarios a la siguiente pregunta*:

¿Acertó nuestro amigo el ferht del bezael ben el rabah gald en su respuesta, obteniendo así la insignia de RTI?
a) Acertó
b) No acertó
c) Nadie ha conseguido averiguar si acertó o no
d) Se equivocó de emisora
e) En verdad no es argelino, sino de Plutón, y en su lenguaje la carta significa 'Terrícolas, me estáis inflando las esferas con tanta basura espacial. Sois unos el ferht del bezael ben el rabah gald de tres pares de agujeros negros, especialmente los de RTI; arreglad vuestra antena, que me sale el maldito Regalamos cuarenta insignias por las antenas. A cascarla.'
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*Sólo se admitirá una respuesta por participante; el recuerdo no excederá el valor de una ración de "arroz tres delicias" (información adicional en el restaurante Chino Mandarín, parada de metro Areeta). ¿Os ha gustado la publicidad gratuita? Aprended, Luke y J.Lo...

miércoles, 4 de julio de 2007

Hoy respiro...generaciones perdidas

Diario de Interraíl, 2005


Ayer me sorprendí a mí mismo siendo positivista; trataba, creo, de descubrir qué neurona se había desviado en mi cabeza unos meses atrás, cuando tras estudiar a Hemingway decidí que me gustaba el realismo. Hace dos días, en cambio, pregonaba extasiado “el arte por el arte”; e intermitentemente, como hoy, soy romántico, y me zambullo en pasiones y sinrazones similares a aquellas que empujan estas letras. Quizá esté confuso por haber crecido en una sociedad sin valores, ideas ni cultura(y me digo, ¿será esta línea un brote de existencialismo?¿Anhelo acaso morir con glamour y aura, a lo rockero, con las venas picadas?)

Sin palabras propias, cualquier artista que modele con tiento sus teorías es capaz de convencerme. Empecé mis estudios filológicos sin haber leído las desventuras de Don Quijote o Lázaro, y conociendo poca rima más que la de los villancicos; creedme si lamento que sea un muro contra el que no puedo evitar chocar. Como todo hijo de mi tiempo, cincelé (en alguna medida) mis amistades y mi personalidad a golpe de tecnología y botellón, y llegué a la universidad con la mochila de sueños y cultura demasiado vacía. Sin poder ver corriente alguna, ni filosófica ni literaria, decidí nadar en contra de mi ignorancia, perseguir aquellos residuos de magia que aún flotan por el mundo.

Y desde mi humilde estupidez puedo aseguraros que aún hay lugar para la esperanza: lienzos en blanco, y ansiosos por jóvenes, podemos asimilar las chispas de verdad de todas y cada una de las corrientes anteriores, libres del contexto cultural y del corsé ideológico que condicionan cualquier época. Es decir, que por no ser nada, podemos los jóvenes serlo todo. A todos aquellos que desprecian condescendientes nuestra generación, gritémosles con arrojo que nosotros comenzaremos la eternidad: iluminados, barrocos, románticos, positivistas y realistas, tenemos la oportunidad de alcanzar la cumbre. Quizá nosotros no triunfemos, pero podemos llenar el camino de esperanza en este tiempo en el que nos enseñana a perderla: generación perdida, primates entre primeros, heraldos de un eclipse -la "Generación Anhelada"- que supongo, espero, pronto ha de llegar.

Hoy respiro... "¡pa-ta-ta!" (3)

Más fotos, cortesía de nuevo del blog de Debbie. Ahí aparezco yo en la semana de orientación, con la figurita de barro que modelé, y una pequeña muestra de cómo son los mercadillos de noche (en la foto, el de Shi-lin en Taipei)

Hoy...¡ejem,ejem!

J.Lo, te voy a cortar los globitos... Creo que te daré el número de la casera por tercera vez: 667664708. Recuerda que se llama Asun, lo digo para evitarte situaciones incómodas cuando la llames... Ya ves, te dedico una entrada sólo para tus ojos...y para que el resto de los cibernautas sepan que tengo un compañero de piso pistonudo y cojonero. No me revientes el piso... Ya sabes: los vómitos (sobre todo si hay "tropes") por la ventana. O al cuarto de Luque, que es como el vertedero de la casa. Cuídate mucho, y también vosotros, Cáncer, Columnita y Hooligan. Ale pues, a shupahla. Haaaagooo sieeeeempreeee pompaaaaaaaas...

P.D: As de oros eh...perraca.

Hoy respiro... entusiasmo

Así es. Ni tan ácido, ni tan melancólico como de costumbre... Hoy he vuelto a casa entusiasmado con el curro. Ha sido un día completo...


Si algo me están enseñando estos días es a descubrir lo mejor de mí mismo; cuando converso con los compañeros de trabajo, cuando tratan de explicarme algo, incluso cuando me aburren con tanta palabrería que comienzo a pensar en la manera más diplomática de indicarles que la están diñando,me doy cuenta de que realmente tengo muchas ideas y matices que aportar. Que mis ocurrencias, todas esas imágenes y esbozos que me vuelan por la frente pueden refrescar lo que hacen, incluso hacerlo avanzar...




Hoy he ido a trabajar más temprano, pues a las once debía estar preparado para la entrevista que os comentaba ayer. Así que un cuarto de hora después de mi llegada he bajado escoltado por Paul, Luis y Yochi al estudio de grabación. Mi entrevista se desarrollaría durante los últimos minutos de su programa conjunto El Cartero, y así lo han anunciado al principio de la grabación, anticipando la presentación de un "invitado de lujo". La grabación ha sido un choteo; en el estudio de enfrente había una chica que ha estimulado durante la hora y media que hemos estado abajo las hormonas del clan masculino, para deseperación de Yochi, que taladreaba con la mirada a un Paul que se descojonaba a su vera. El que no sea en directo la grabación permite, además de equivocaciones subsanables, salidas de tono de todo tipo que se arreglan pulsando el mágico botón de Cut. Desahogos a un golpe de dedo...Se cagan en la madre que les parió a los oyentes coñazo, y ziszas, todo como nuevo y a seguir acariciando oídos. Un poco hipócrita, sí, pero me ha venido de perlas para templar mis nervios. Y es que yo me iba quedando sin uñas a medida que se acercaba el gran momento... Ahí estaba: preguntas sobre mi ciudad, mis orígenes, mis opiniones sobre Taiwán, mis experiencias con el botellón (¡?)... No he podido dejar de calificar a Bilbao como "la capital del mundo", y de señalar que es la "ciudad con más bares por metro cuadrado del mundo". Me ha hecho especial ilusión despedirme de los oyentes: "Nos despedimos hasta el próximo programa, soy Paul Hsiao...", "Yochi Chang", "Luis Roncero, y..." (yeah man) "Alejandro Wang", "desde Radio Taiwán Internacional". ¡Riau!


Esta edición se radiará el día 15; nos hemos quedado, del tirón, para grabar la emisión de este domingo, que era un homenaje de despedida a Claudia Lee. A Claudia la he conocido en el mismo estudio; es una freelance argentina que acaba de terminar en Taipei las carreras de Ciencias Políticas y Servicio Social. Tras dos años al frente de Caleidoscopio Social y Huellas Orientales ha decidido ver mundo y marcharse a Suecia... Con dos bien puestos. Ha sido una grabación que pretendía ser emotiva, de despedida, aunque creo que se les veía el plumero y el cachondeo hasta por las ondas... Y a todo esto, la chica del estudio de enfrente seguía despertando los instintos del personal.


En la comida ha salido un tema comprometido: los sueldos... Yo sabía que mi sueldo es una barbaridad, y así se lo he hecho saber al resto del grupo; no sé, me sentía en la obligación de decírselo, para que todo quedase claro... Imaginaos, el imberbe de prácticas que cobra más que los empleados fijos... Pero ya les he dicho que a mí no me afecta el que este programa sea una técnica de politiqueo internacional; a mi currículum y a mi propia experiencia les va a ayudar una barbaridad... Y creo que yo también puedo enseñarles un par de cosas. Todas esas ideas que suelen acabar en mi particular cementerio de proyectos pueden llegar a ver la luz con la ayuda de unas cuantas cabezas pensantes más.


He pasado la tarde en mi faceta de traductor, restándole trabajo, esta vez, a Claudia... También en ello he aprendido bastante: el estilo peridístico, tan sencillo en un principio, requiere una gran planificación... Debo tajar sin miedo aquellos datos innecesarios de la fuente, y aplicar con orgullo los dos años de filológo que llevo encima. Aun así, se me hace bastante pesado. A las dificultades esperables -palabras complicadas en inglés, jerga política y convenciones varias- se añade lo conciso del registro: no caben en las noticias imaginación alguna, ni palabras vagas. Todo debe ser sencillo, sin rodeos, en un terreno en el que nunca me he sentido a gusto... Pero me permito algunos pequeños placeres, y exprimo mis neuronas buscando sinónimos. La única verdad acerca de los políticos es que nunca dicen la verdad: simplemente hago un poco más literarias sus mentiras... Voy, además, conociendo lo que se cuece en la isla, y os aseguro que el patio está lleno de moscardones como búfalos.


He dejado atrás el recelo, ese eterna actitud de esconder mis aptitudes que me acompaña en todos los aires que respiro. Al manifestarlas no sólo dejo patente lo que puedo hacer, sino también aquello que desconozco, y me parece un ejercicio de humildad imprescindible para el trabajo en equipo. Si las escondo es, en muchas ocasiones, porque considero esas virtudes insuficientes: no es que dude de ellas, sino que tienen faltas... Sí, tengo la palabra soberbia grabada a fuego en mi chino-frente. Hasta ahora me ha motivado a perfeccionarme, aunque la perfección no entra dentro de nuestras capacidades; además, lo divertido, lo dinámico, está en lo imperfecto, y entre mis carencias voy corriendo estos días, esquivándolas y haciéndoles cortes de manga cada vez que las dejo atrás... Ellos también han hecho su particular ejercicio de humildad: admiten que nunca han aprendido a escribir, y ya comienzan a preguntarme cuestiones de correción, que yo respondo encantado, descargando un poco la pedantería cagándome en las ocasionales polillas que rondan los criterios de la RAE. Juego limpio, por tanto: ellos me enseñan todos los trucos del mundo radiofónico y yo, agradecido, les corto las espinillas que afean sus textos.


Lo reconozco pues: me apasiona el lenguaje, pues es la vida (más de una vez os he dicho que lo desconocido es lo que no tiene nombre), y estos días me apasiona también la magia de las ondas, veloz, cercana, con un gran poder de convicción...Tendríais que leer las cartas de los oyentes: misivas tremendamente emotivas, y llenas de grandes sabidurías de barrio, de gente como vosotros y como yo... Miles de genios cotidianos, que esperan que una voz comparta sus experiencias de piloto experimentado en este Aire inmenso que todos respiramos. Acojonante, ¿verdad?


Me despido por hoy pregonando lo guapa que estaba mi abuela, a pesar de las consecuencias de su reciente derrame cerebral; el peluquero le ha hecho un arreglo espectacular, y luce que no veas... Pues eso primates, con Dios. Muxu asko.

Balbuceos: rectificar es de sabios (1)

En la entrada "Hoy respiro... money for nothing" aparecen las siglas CNA en representación de Chinese News Agency; rectifico: el nombre correcto es Central News Agency, y pertenece al gobierno taiwanés.

martes, 3 de julio de 2007

Hoy respiro... "¡pa-ta-ta!"(2)

Foto de grupo en el cojo-hotel. Fila de arriba, de izquierda a derecha: Solomon, Sharon, Debbie, yo, Joe, Terry. Fila de abajo: Will, Annie, Wendy, Susan y Lin-Lin.


Durmiendo en el Cheng Shing Hall de la NCKU, Tainan: Solomon, Terry y yo.

Servidor dándolo todo en el karaoke de Kaoshiong; creo que cantaba Ricky Martin

Susan y Wendy en el karaoke de Tainan.

Thanks a lot for the pictures Debbie! I´ll call you in a couple of days to see if these guys are coming up to the city... Don´t kill too many people during your internship, doc...Have fun!

Hoy respiro... "¡pa-ta-ta!"

Querida Tribu, clase y amigos varios: allá van las fotos prometidas... Un pequeño respiro, merecido, a vuestros cansados ojos... He cogido todas las fotos colgadas por Debbie en su blog (http://www.momoteke.blogspot.com/)



<---Joe, el australiano y servidor con las pistolas de aire comprimido en el night market de Tainan.








Foto de grupo en el lugar de los polos salados; de izquierda a derecha: Wendy (canadiense o norteamericana, no lo recuerdo muy bien), Debbie (belga, sí señora, Europa contra el imperialismo), Annie (taiwanesa, nuestra peer counselor), Solomon (yanqui e irritante), William (canadiense, mi primer compañero de cuarto), Terry (el compañero de cama, taiwanés), yo, Lin-Lin (norteamericana), el aussie Joe, Susan (norteamericana) y Sharon (californiana, y compañera de RTI, ella en el departamento de japonés).

Joe en el karaoke de Tainan













Lin-Lin y Sharon a lo divas.

Hoy respiro... money for nothing

Os comentaba en el anterior post mis primeras impresiones... No es que hayan menguado, pero tampoco contemplo su poca profesionalidad como una falta; la verdad es que, objetivamente, no cabe reproche alguno: el hecho de que sean comunicadores debido únicamente a su lengua materna se debe en gran parte a la reducida comunidad hispanohablante de Taiwán... Luis lleva aquí tan sólo dos años; es joven, y el trabajo en la radio, con un horario muy flexible y un sueldo decente, le permite dedicar parte de su trabajo a otras ambiciones (está intentando actualmente importar vino tinto y aceite de oliva desde la patria). Paul, por su parte, salió con los bolsillos vacíos de Guatemala, país aún pobre, y RTI le garantiza cierta estabilidad. Hoy he conocido a Yochi, venezolana de nacimiento y tercera empleada fija de la sección de español. Su trabajo sigue la tónica del de sus compañeros: algunos programas propios y dos o tres informativos semanales... Si bien carecen de conocimientos lingüísticos, sí tienen una amplia experiencia y un abanico de recursos y trucos radiofónicos admirables: cada uno impone su estilo de grabación, y aunque la dicción no es tan exigente como la española, saben bien cuándo hacer las pausas y cuándo dar por buena una sesión...Todo ello sin ayuda de técnico alguno; las grabaciones son, como he dicho, solitarias, y ellos mismos deben editar la música, los jingles, las cabeceras y los efectos.

El estudio de grabación tiene un sistema analógico. El programa de edición utilizado, además, tiene unas pistas de tiempo similares a las que utilizaba en Euroview, por lo que el día que me dejen solo en la jungla no creo que me enfrente a excesivos panic attacks.

Hoy ha empezado el fuego real. ¡He redactado mis dos primeras noticias! Traducidas del inglés, con la CNA (Chinese News Agency) como fuente. No he podido evitar cierto orgullo al escuchar a Luis grabar mis palabras... Aunque una de mis creaciones trataba el cultivo del mango; sí señor, aburriendo al mundo hispano, pero más chulo que un ocho. De las noticias radiadas se publican (entre cinco y ocho -bueno, casi siempre cinco-) se publica una mano, así que sólo aparece una de las mías (la del dichoso mango...) Os pongo el link, aunque ni mi nombre aparece ni la noticia es espectacular: http://spanish.rti.org.tw/ (no me critiquéis lo de "deliciosa fruta tropical"; yo soy un mandao, y me limito a traducir a la fuente...Ya llegará el momento de las licencias literarias).

Mañana a las once las ondas radiofónicas transmitirán por primera vez mi voz... Luis y Yochi van a hacerme una entrevista en el aire para presentarme a los oyentes, pues durante las prácticas voy a hacer los doblajes de los informativos. ¡Vamos Álex, que tú puedes con ello! Con un tembleque digno de Papuchi -que en paz descanse-, así estoy... Y allá va la bomba: ¡he cobrado mi primer sueldo! Y ganado encima con el sudor de mi frente... [y apelo a la letra pequeña para que me guarde el matiz: la transpiración no se debe a mi gran labor, sino a que hoy, otra vez, me he pasado la estación...Así que he llegado echando patas y la pota, chorreando litros y requemado] Ejem...no me tengáis muy en cuenta las líneas anteriores...Chicos, qué le vamos a hacer, así es el mundo laboral... Al grano pues: 18.000 frescos NT, unos 410 eurazos, un tercio de mi sueldo total...Todo en efectivo, libre de impuestos y dispuestos [nota para filólogos: qué bien me están saliendo hoy las rimas internas y las aliteraciones, cojones...] a satisfacer cualquier arrebato consumista que me llegue.


Después del curro he quedado con Sharon, Debbie y Wendy, que llevaban ya unas horas libres encima para ir al Shi-Lin night market; ha estado muy bien, con su buen papeo y sus compras correspondientes (ellas eh...que uno aún no ha decidido pasarse al lado oscuro, a pesar de las malas ondas que me transmiten mis chicas en clase). De nuevo esperaré a que Debbie me pase las fotos...

Así que el día ha sido muy completo y movido; esto marcha, y a ritmo de rock. Con mi recién adquirido sueldo, y con Money for Nothing a todo volumen termino esta nueva entrada... Besabrazos, en sacos, desde Taipei. Queridos lectores, soy Álex Wang, tu chino preferido en Radio Taiwán Internacional ¡Hasta la próxima entrada!

lunes, 2 de julio de 2007

Hoy (por ayer) respiro…nuevos comienzos

Mierda. Ya llegaba tarde el primer día. Y es que no es tan fácil moverse en autobús por Taipei. Así que después de arriesgarme por la opción de cambiar de línea a mitad de trayecto (más complicado, pero más rápido), pasarme tres paradas y tomar un taxi de vuelta llegué a las nueva y media sudando como un pollo, con treinta minutos de retraso…La mañana fue muy light: nos pusieron un vídeo de la empresa a los quince que estamos de prácticas, nos enseñaron las oficinas y nos dejaron a nuestro aire hasta después de comer (la una y media). Estuve con Sharon, de mi grupo en la semana de orientación y que está en la sección de japonés, y otros más hasta entonces. Fuimos después cada uno a nuestra sección correspondiente: español, francés, inglés, alemán, japonés y mandarín. Mi jefa es Patricia, de origen taiwanés, aunque ha vivido en Paraguay; sólo hay tres fijos en el departamento: ayer conocí a Luis, madrileño, licenciado en Filología Inglesa, y Paul, que como yo es hua-chiau (en su caso, combina sus orígenes taiwaneses con su nacionalidad guatemalteca). La verdad es que todavía no se sabe muy bien qué voy a hacer…No puedo traducir, obviamente, porque no sé leer chino; están pensando en que haga algún doblaje, aunque para ello es necesario presentarme a los oyentes, en su mayoría hispanoamericanos. Así que me pasé buena parte de la tarde visitando su página web. Bajé con Luis al estudio 7a, donde se graba la emisión diaria de castellano, para editar su programa “Cuentos y proverbios chinos”, y volví con Paul para grabar el telediario... Todos los días se emite más o menos una hora en castellano, de doce a una de la mañana, hora local; por ello, por lo tardío de la emisión, me han cambiado el horario: empiezo…¡a las dos de la tarde! Eso sí, tengo que salir más tarde, a las ocho o nueve de la noche.

Mis primeras impresiones…Bueno, son un poco confusas. La verdad es que me pareció todo muy poco profesional; se nota que no son comunicadores, sino meros hispanohablantes. Su manera de grabar, improvisada, solitaria, de arreglos y chanchullos continuos, su manera de redactar…Es todo muy improvisado, pero claro, a ver quién es el listo que se lo dice…Además, es completamente cierto que yo no tengo experiencia alguna en el mundo laboral, y ellos llevan ya un par de años. Reconocen, por otra parte, algunas carencias: les fuerzan a realizar las traducciones de las noticias (la fuente es el boletín publicado por el gobierno) a toda prisa, con un solo traductor (Paul), mientras que en la sección de inglés hay por lo menos tres dedicados a ello. Traduce cinco noticias diarias, que se narran en los doce minutos que dura su espacio. Prisa, prisa, prisa….En fin. El resto de locutores y redactores son freelance, todos hua-chiau: los hay argentinos, ecuatorianos, uruguayos…Sólo Luis y yo somos españoles.

Sí sé, no obstante, en qué podría ayudarles. Su redacción está llena de pequeñas faltas de ortografía y coherencia, y la misma página web pierde calidad por el texto…Lo dicho: son comunicadores diríamos que por accidente…No es que yo me crea periodista de la noche a la mañana, pero llevan dos años machacándome con la norma lingüística en la facultad, y al lenguaje le tengo mucho respeto. Aun así, no me atrevo a decirles que escriben mal. El miércoles (¡aiba! mañana…) tienen una reunión para decidir en qué puedo ayudarles…Ya veremos. Por otra parte, comprendo que no entiendan muy bien qué hago allí: me paga el gobierno una barbaridad, y no tengo experiencia alguna, ni mérito reseñable aparte de un currículum rellenado con imaginación… Yo mismo les dije que el programa TTT tiene bastante más de política internacional que de rentabilidad laboral. Aunque a mí me viene de perlas…La política es de los políticos; a nosotros, que nos dejen las palabras y los sonidos.

Me voy corriendo a comer…Son las doce de la mañana, y me quedan dos horas para empezar mi segundo día. Continúo por la noche con mis impresiones, los primeros temores (si surgen), los primeros éxitos (si me llegan) y ¡las primeras fotos! (cortesía del blog de Debbie). Hasta la noche pues, muchos besos.

Hoy respiro…primeros finales

Terminaré ahora, por fin, las crónicas de la semana de orientación…

Creo que andaba por el viaje a Kaoshiong. El viaje lo pasé entre siestas y teclas, y ni ya no recuerdo dónde comimos. El alzheimer prematuro del que siempre he hecho gala se vuelve más evidente con un noventa por ciento de humedad…Efectos secundarios de un viaje al culo del mundo.

Llegamos por la tarde al Sandimen Aboriginal Cultural Park. Taiwán es un país multirracial: a pesar de que la mayoría de la población (el setenta por ciento) es de descendencia Han (como el menda y la mayoría de los taiwaneses que veréis en la foto), no es menos cierto que estos mismos son muchas veces descendendientes de matrimonios interraciales entre los Han y las tribus originarias de la isla (de nuevo, como el menda y la mayoría de los taiwaneses que veréis en las fotos). El otro treinta por ciento está compuesto por 12 tribus distintas, cuya población total ronda las 430.000 cabezas, según datos del 2002: Amis, Atabal, Paiwan, Pinuyumayan o Thao son algunas de las más numerosas. Algún día, cuando las horas abunden, seguiré con esta nueva pulla cultural (y van dos, si es que me salgo eh…)

El encanto del parque, atendiendo a la verdad, tenías que encontrarlo tú mismo: estaba todo muy desorganizado, muy poco explicado, y lo único interesante fue ver a algunos auténticos indígenas haciendo la danza de la lluvia o profiriendo gritos de ultratumba. Viéndoles supe también por qué insisten en llamarme por estos lares “gitano”. Mejor que “mulato”…(fucking vieja aformolada de la UNAV…Será inculta.).

Y esa noche, después de tantos días entre sedas y alfombras rojas (empezaba a cogerle el gustillo…) se acabó lo que se daba: un hotel decrépito, esbozado en un desmayo de estilo francés, con una chacha (no merece otro nombre) de la quinta del diplodocus, allá por el Pleistoceno, embutida en un traje de sirvienta porno (de esos negros, cortitos, con cofia y chorreras) y con el pote en forma de ríos por los profundos surcos de sus arrugas…Vamos, que yo vestido de mujer doy más el pego, y el maletero de un taxi es mejor que aquel cuarto. “En peores plazas hemos toreado”,me repetía mientras giraba la llave; y es que el suelo de Venecia, los trenes europeos y los polvorientos pueblos de la China profunda han curtido mi espalda. Así que, cogiendo aire, entré decidido a seguir respirando el verano sin angustias…Vi una cama, y no estaba tan mal; busqué la de mi compañero y… ¡horror! ¡Tenía que compartir cama con el roommate! Esa noche olvidaría mi costumbre de dormir en chelos durante el verano, y me quedaría más tieso que Tutankamón. La cena fue a lo bestia, en un restaurante de marisco y pescado. Dimos buena cuenta de nuestros platos y de los de la mesa vecina, convirtiéndonos en el vertedero oficial del TTT…

Quisimos dar una vuelta por la noche de Kaoshiong, pero estábamos molidos, así que nos fuimos a tomar un algo antes de volver prontito al hotel. Un día menos, y cada vez más cerca de Radio Taiwan Internacional…

El sábado amaneció demasiado temprano para mí. La noche no había traído mayores problemas, a pesar de la situación pseudo-homosexual, aunque Terry roncó como un campeón a mi vera…Supongo que tampoco me quedaría corto; Serenata Nocturna, pues: si es que los chinos somos artistas hasta en sueños…Daré un salto con tirabuzón por encima de la visita a la Mei-Nong Ceramic Factory, donde jugamos con barro (modelé una cabeza aristocrática que Debbie recogió en su cámara…Colgaré fotos pronto) hasta la visita a la escuela de hostelería KHC. Increíble…Tenían simulacros de una cabina de avión, con su primera clase incluida, otro de un café italiano y algunos más para que los alumnos practicaran sus servicios… Había gente de examen, creando exquisiteces entre fogones ante la atenta mirada de los chu-shi (maestros cocineros). Tuvimos una sesión de DIY (do it yourself) con el chef de la mejor casa de tien-shin (especie de aperitivos chinos) de Taipei, Ting Tai Fong, que nos enseñó a hacer dos tipos de dumplings (los versados en comida china conoceréis estas famosas “empanadillas” al vapor típicas de la cocina china, rellenas de carne y verdura). Acabamos hasta las cejas de harina y con el estómago lleno… Después de nuestra particular “última cena” en el hotel nos decidimos a salir de fiesta; sí señor, que ya me estaba acartonando…Así que me fui a la discoteca Lamp con Debbie, Lin-Lin, Susan, Wendy y Terry (aunque el pobre no sabía ni por dónde le soplaba la cálida brisa de la noche). La discoteca era a lo chino, o sea, a lo bestia, con sus sofás, sus neones y sus DJ cañeros. La música es siempre hip-hop machacante, y las pistas de baile se plagan de amagos de breakdancers, gogós frustradas, bailes extraños y pasados de rosca. Vamos, como la típica escena de un videoclip de negros…Pero con chinos. Y yo, cómo no, bailé hasta dislocarme los tobillos…

Dos horas de sueño; viaje en autobús; cinco horas de sueño; un par de cigarrillos; despedidas (ay, qué poco me gustan estas cosas…Les acabé cogiendo cariño. Lo sé, soy un blando…Aunque la mayoría están de prácticas en Taipei, así que quedaremos en un momento u otro) y vuelta al apartamento de Gan Zhou St… Comenzaría al día siguiente el objetivo de mi viaje: un breve paso por la radio, abanderando y radiando el español de la madre patria desde mi puesto de assistant producer en RTI.